Reflexiones sobre
la luz
En mis cuadros casi
siempre trato de resaltar la luz, con más o menos fortuna. Pero
últimamente me he dado cuenta de su verdadera importancia. Cuando la
galería “Artis” de Salamanca me propuso participar en la
colectiva “Homenaje a Rembrandt, el pintor de la luz” me pareció
interesante hacer un estudio más a fondo sobre la misma. Por esas
mismas fechas, realicé una individual en la sala “Julián Cuadra”,
de Jerez de la Frontera para después llevarla a Arcos (salón
cultural San Miguel).
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La Compota (100x81) |
El texto del catálogo corrió a cargo del
poeta arcense Pedro Sevilla titulándolo “La luz salvada”, que al
final dio nombre a dicha exposición. Esto me dio que pensar y me
animó a seguir la senda de la luz, tomando más en serio la
iluminación en mis pinturas: creo que en los cuadros más recientes
se nota la evolución, aunque queda mucho camino por recorrer.
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Entrada al Patio (35x50) |
Con la luz podemos
moldear las formas y darles volumen, podemos destacar los puntos del
cuadro que consideremos más importantes. Con una luz suave o velada
lograremos un ambiente íntimo o melancólico. Dependiendo de la
iluminación expresaremos alegría utilizando colores vivos, como en
un paisaje a plena luz del día en el que los colores vibran con
intensidad. En cambio, si hay bruma o niebla, nos hace caer en una
suave nostalgia, pero al atardecer estalla la luz en un maravilloso es- pectáculo multicolor.
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Al Sol de la Tarde (65x95) |
Podemos pintar la
naturaleza imitándola, pero nunca llegaremos a superar tanta
belleza... En mis cuadros me gusta fragmentar la luz en planos o
pinceladas anchas modulando la iluminación desde las partes más
claras del cuadro hasta las zonas en penumbra con planos de diferente
intensidad, pero sin llegar al negro.
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Patios de Arcos (35x50) |
El exceso de luz puede
ser peligroso, ya que podemos llegar a la estridencia y caer en un
efectismo demasiado artificial. Quizá lo más complicado para mí es
llegar en el cuadro a una armonía general degradando la luz desde el
punto principal hasta el resto de la obra.
El dibujo me ayuda a
comprender mejor la iluminación, sobre todo el dibujo a lápiz de
grafito o carboncillo; utilizando la goma de borrar o difuminándolo
puedo matizar mejor la luz.
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La Bordadora (73x60) |
Quizá porque trabajo más relajado, en
cambio, cuando pinto el trabajo es más tenso y necesito pintar con
más rapidez: es otro estado de ánimo en el que
me dejo llevar por la intuición y las sugerencias del cuadro, aunque
en esta etapa me paro más a pensar la obra reflexionando y empleando
más tiempo en su ejecución. Creo que las prisas no son buenas y lo
importante es el resultado final.
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