Contemplo ensimismado las figuras
de tus labradores campesinos,
ahechando en las eras y molinos
el pan de nuestras penas y amarguras.
Tan íntimas me son sus estatuaras
que he vuelto a recorrer muchos caminos,
y al recuerdo me llegan remolinos
con los que mi interior se transfigura.
Espero, Alfonso, desde esta lejanía,
que en tu sentir de lienzos y colores,
quede el ardor de nuestra Andalucía.
Pues son tantos, Alfonso, los ardores
que agobian por doquier el alma mía,
que mi sueño es soñar con soñadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario